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AHO¡

IN LAKESH¡

OHM


Nierika es la puerta entre los mundos que abre un chaman al iniciar un ritual
Nierika es "ver" estar "despierto" estar "consciente"
La Tierra es el nierika de nuestra madre Tatei Yurianaka
El agua es una nierika que nos permite ver hacia otros mundos...

febrero 20, 2011

La voz del silencio

La voz del silencio  (fragmento)
Texto de flilosofía Teosófica por Helena Blavatsky,
Dedicado a los pocos,

Esta tierra, discípulo, es la Mansión de dolor, en donde hay colocados, a lo ]argo del
Sendero, de tremendas pruebas, diferentes lazos para recoger a tu YO, engañado con la
ilusión llamada «Gran Herejía».(8)
Esta tierra, oh ignorante discípulo, no es sino el sombrío vestíbulo por el cual uno se
encamina al crepúsculo que precede al valle de la luz verdadera; luz que ningún viento
puede extinguir; luz que arde sin pabilo ni combustible.
Dice la gran Ley: «Para llegar a ser CONOCEDOR del YO ENTERO (9) debes
primeramente ser conocedor del YO». Para lograr el conocimiento de tal YO, tienes que
abandonar el Yo al No-Yo, el Ser al No-Ser, y entonces podrás tú responder entre las alas de
la GRAN AVE. (10) Sí, dulce es el reposo entre las alas de aquello que no ha nacido ni
muere, antes bien es el AUM a través de las eternidades (11)
Monta en el Ave de Vida, si pretendes saber.(12)
Abandona tu vida, si quieres vivir.(13)
Tres Vestíbulos, oh fatigado peregrino, conducen al término de los penosos trabajos.
Tres Vestíbulos, oh vencedor de Mara, te conducirán por tres diversos estados (14) al cuarto,
(15) y de allí a los siete mundos, (16) a los mundos del Eterno Reposo.
Si deseas saber sus nombres, oye y recuerda:
El nombre del primer Vestíbulo es Ignorancia (Avidya).
Es el Vestíbulo en que tú viste la luz, en que vives y en que morirás.(17)
E] nombre del segundo es Vestíbulo de la Instrucrión.(18) En él encontrará tu alma las
flores de vida, pero debajo de cada flor una serpiente enroscada. (19)
El nombre del tercer Vestíbulo es Sabiduría, más allá de la cual se extienden las
aguas sin orillas de AKSHARA, la fuente inagotable de Omnisciencia.(20)
Si quieres cruzar seguro el primer Vestíbulo, haz que tu mente no tome por la Luz del
Sol de Vida los fuegos de concupiscencia que allí arden.
Si pretendes cruzar sano y salvo el segundo, no te detengas a aspirar el aletargador
perfume de sus flores. Si de las cadenas kármicas quieres libertarte, no busques tu Gurú en
aquellas mayávicas regiones.
Los SABIOS no se detienen jamás en los jardines de recreo de los sentidos.
Los SABIOS desoyen las halagadoras voces de la ilusión.
Aquel que ha de darte nacimiento, (21) búscalo en el Vestíbulo de la Sabiduría, el
Vestíbulo que está situado más allá, en donde son desconocidas todas las sombras y donde
la luz de la verdad brilla con gloria inmarcesible.
Aquello que es increado reside en ti, discípulo, como reside en aquel Vestíbulo. Si
quieres llegar a él y fundir los dos en uno, debes despojarte de las negras vestiduras de la
ilusión. Acalla la voz de la carne, no consientas que ninguna imagen de los sentidos se
interponga entre su luz y la tuya, para que así las dos puedan confundirse en una. y tan
pronto te hayas persuadido de tu propio Agnyana, (22) huye del Vestíbulo de la Instrucción.
Este Vestíbulo, tan peligroso en su pérfida belleza es necesario sólo para tu prueba. cuidado,
lanú, no sea que, deslumbrada por el resplandor ilusorio, se detenga tu alma, y en su
engañosa luz quede presa.
Esta luz radiante emana de la joya del Gran Engañador (Mara); (23) hechiza los
sentidos, ciega la mente, y convierte al incauto en un náufrago desvalido.
La pequeña mariposa, atraída por la deslumbradora luz de tu lámpara de noche, está
condenada a perecer en el viscoso aceite. El alma imprudente que deja de luchar aferrarla
con el demonio burlón de la ilusión, volverá a la tierra como esclava de Mara.
Contempla las legiones de almas. Mira cómo se ciernen sobre el proceloso mar de la
vida humana, y cómo exhaustas, perdiendo sangre, rotas las alas, caen una tras otra en las
encrespadas olas. Sacudidas por los huracanes, acosadas por el furioso vendadal,
precipítanse en los regolfos, y desaparecen abismadas en el primer gran vórtice.
Si desde el Vestíbulo de la Sabiduría pretendes pasar al Valle de Bienaventuranza,
cierra por completo tus sentidos, discípulo, a la grande y espantable herejía de separatividad
que te aparta de los demás.
No permitas que tú «nacido del Cielo», sumido en el mar de Maya, (24) se desprenda
del Padre Universal (ALMA) , antes deja que el ígneo Poder (25) se retire al recinto más
interno, la cámara del corazón (26) y morada de la Madre del Mundo.(27)
Entonces, desde el corazón aquel Poder ascenderá a la región sexta, la región media,
el lugar situado entre tus ojos, cuando se convierte en el aliento del ALMA UNA, la voz que
todo la llena, la voz de tu Maestro.
Sólo entonces podrás tú convertirte en «Paseante del Cielo», (28) que con su planta
huella las auras sobre las olas, sin que a su paso los pies toquen las aguas.
Antes de que puedas sentar el pie en el peldaño superior de la escala, la escala de los
místicos sonidos, tienes que oír la voz de tu Dios interno (29) de siete modos distintos.
Como la melodiosa voz del ruiseñor entonando un canto de despedida a su
compañera, es el primero.
Percíbese el segundo a la manera del sonido de un címbalo argentino de los Dhyanis,
despertando las centelleantes estrellas.
Suena el siguiente como el lamento melodioso del espíritu del océano aprisionado
dentro de su concha.
Y éste va seguido del canto de la Vina. (30)
El quinto, a manera de flauta de bambú, suena vibrante en tu oído.
Y luego se convierte en sonido de trompeta.
El último vibra como el sordo retumbar de una nube tempestuosa.
El séptimo absorbe todos los demás sonidos. Éstos se extinguen, y no se les vuelve a
oír más.
Cuando los seis (31) han sido muertos y abandonados a los pies del Maestro,
entonces el discípulo está sumido en el UNO, (32) se convierte en este UNO, y en él vive.
Antes de entrar en aquel sendero, debes destruir tu cuerpo lunar (33) expurgar tu
cuerpo mental (34) y purificar tu corazón.
Las puras aguas de eterna vida, claras y cristalinas, no pueden mezclarse con los
cenagosos torrentes del tempestuoso monzón.
La gota de rocío celeste que acariciada por el primer rayo de sol matutino, brilla en el
seno del loto, una vez caída al suelo, conviértese en barro; mira: la perla es ahora una
partícula de cieno.
Lucha ron tus pensamientos impuros antes que ellos te dominen. Trátalos como
pretenden ellos tratarte a ti, porque, si usando de tolerancia con ellos, arraigan y crecen,
sábelo bien, estos pensamientos te subyugarán y matarán. Cuidado, discípulo, no permitas
que ni aun la sombra de ellos se acerque a ti. Porque crecerá, aumentará en magnitud y
poder, y entonces esta cosa de tinieblas absorberá tu ser antes que te hayas dado cuenta de
la presencia del monstruo negro y abominable.
Antes que el «místico Poder» (35) pueda hacer de ti un dios, oh lanú, debes haber
adquirido la facultad de destruir a voluntad tu forma lunar.
El YO material y el Yo espiritual jamás pueden estar juntos. Uno de los dos tiene que
desaparecer: no hay lugar para entrambos.
Antes de que la mente de tu alma pueda comprender, el capullo de la personalidad
debe ser aplastado, y el gusano del sensualismo ha de ser aniquilado, sin resurrección
posible.
No puedes recorrer el Sendero antes de que tú te hayas convertido en el Sendero
mismo.(36)
Haz que tu alma preste oído a todo grito de dolor, de igual modo que descubre su
corazón el loto para absorber los rayos del sol matutino.
No permitas que el sol ardiente seque una sola lágrima de dolor, antes que tú mismo
la hayas enjugado en el ojo del afligido.
Pero deja que las ardientes lágrimas humanas caigan una por una en tu corazón, y
que en él permanezcan sin enjugarlas, hasta que se haya desvanecido el dolor que las
causara.
Estas lágrimas, oh tú de corazón muy compasivo, ,son los arroyos que riegan los
campos de caridad inmortal. En este suelo es donde crece la flor de la medianoche, la flor de
Buddha,(37) más difícil de encontrar y más rara de ver que la flor del árbol Vogay. Es la
semilla que libra del renacimiento al Arhat (38) a cubierto de toda lucha y concupiscencia, y
le guía a través de las regiones del Ser a la paz y beatitud conocidas únicamente en la región
del Silencio y del No-Ser.
Mata el deseo; pero si lo matas, vigila atentamente, no sea que de entre los muertos
se levante de nuevo. Mata el amor a la vida, pero si matas el tanha,(39) procura que no sea
por la sed de vida eterna, sino para sustituir lo pasajero con la perdurable.
Nada desees. No te irrites contra el Karma (40) ni contra las leyes inmutables de la
Naturaleza. Lucha tan sólo contra lo personal, lo transitorio, efímero y perecedero.
Ayuda a la Naturaleza y con ella trabaja, y la Naturaleza te considerará como uno de
sus creadores y te prestará obediencia.
Y ante ti abrirá de par en par las puertas de sus recintos secretos, y pondrá de
manifiesto ante tus ojos los tesoros ocultos en las profundidades mismas de su seno puro y
virginal. No contaminados por la mano de la materia, muestra ella sus tesoros únicamente al
ojo del Espíritu, ojo que jamás se cierra, y para el cual no hay velo alguno en todos sus
reinos.
Entonces te indicará los medios y el camino, la puerta primera y la segunda y la
tercera, hasta la misma séptima. y luego te mostrará la meta, más allá de la cual hay,
bañadas en la luz del sol del Espíritu, glorias inefables, únicamente visibles para los ojos del
alma.
Sólo existe una vereda que conduzca al sendero; sólo al término de ella puede oírse la
«Voz del Silencio». La escala por la cual asciende el candidato está formada por peldaños de
sufrimiento y de dolor: éstos únicamente pueden ser acallados por la voz de la virtud. ¡Ay de
ti, discípulo, si queda un solo vicio que no hayas dejado atrás! Porque entonces la escala
cederá bajo tus plantas y te precipitará: su base descansa en el profundo cenegal de tus
pecados y defectos, y antes que puedas aventurarte a cruzar este ancho abismo de materia,
tienes que lavar tus pies en las aguas de la Renunciación. Sé precavido, no sea que pongas
un pie todavía manchado en el peldaño inferior de la escala. ¡Ay de aquel que se atreva a
ensuciar con sus pies fangosos un escalón tan solo! El cieno inmundo y pegajoso se secará,
se hará tenaz, pegará sus pies en aquel sitio, y como el pájaro cogido en la liga del cazador
astuto, quedará imposibilitado para un nuevo progreso. Sus vicios adquirirán forma, y le
arrastrarán hasta el fondo. Sus pecados levantarán la voz, semejante a la risa ya! plañido del
chacal después de la puesta del sol; sus pensamientos se convertirán en un ejército, y se lo
llevarán tras sí como a un esclavo.
Mata tus deseos, lanú; reduce tus vicios a la impotencia, antes de dar el primer paso
en el solemne viaje. Ahoga tus pecados, enmudécelos para siempre, antes de levantar un pie
para subir la escala.
Aquieta tus pensamientos y fija toda la atención en tu Maestro, a quien todavía no ves,
pero a quien tú sientes.
Funde tus sentidos en un solo sentido, si quieres estar seguro contra el enemigo. Por
medio de este sentido único, que está oculto en la concavidad de tu cerebro, es como puede
mostrarse ante los ofuscados ojos de tu alma el escarpado sendero que a tu Maestro
conduce.
Largo y penoso es el camino que tienes ante ti, discípulo. Un solo pensamiento (41)
acerca de lo pasado que dejaste en pos de ti, te arrastrará al fondo, y tendrás que emprender
de nuevo la subida.
Mata en ti mismo todo recuerdo de pasadas experiencias. No mires atrás, o estás
perdido.
No creas que pueda extirparse la concupiscencia satisfaciéndola o saciándola, pues
esto es una abominación inspirada por Mara. Alimentando al vicio es como se desarrolla y
adquiere fuerza, a la manera del gusano que se ceba en el corazón de la flor.
La rosa tiene que convertirse nuevamente en el capullo nacido de su tallo generador,
antes que el parásito haya roído su corazón y chupado su savia vital.
El árbol de oro produce las yemas preciosas antes que la tormenta haya maleado su
tronco.
El discípulo ha de recobrar el estado infantil que perdió, antes que el sonido primero
pueda herir su oído.
La luz del Maestro UNO, la luz áurea e inextinguible del Espíritu, lanza desde el
principio mismo sus refulgentes rayos sobre el discípulo. Sus rayos pasan a través de las
densas y oscuras nubes de la materia.
Ora aquí, ora allí, estos rayos la iluminan, de igual modo que a través del espeso
follaje de la selva los rayos del sol alumbran la tierra. Pero, a menos de ser pasiva la carne,
fría la cabeza, y el alma tan firme y pura como deslumbrador diamante, sus irradiaciones no
llegarán a la cámara,(42) sus rayos no calentarán el corazón, ni los místicos sonidos de las
alturas Akásicas (43) llegarán al oído del discípulo, a pesar de todo su entusiasmo, en el
grado inicial.
A menos de oír, tú no puedes ver.
A menos de ver, tú no puedes oír. Oír y ver: he aquí el segundo grado.
Cuando el discípulo ve y oye, y cuando huele y gusta teniendo cerrados los ojos, los
oídos, la boca y la nariz; cuando los cuatro sentidos se confunden y se hallan prestos a pasar
al quinto, al del tacto interno, entonces ha pasado él al grado cuarto.
Y en el quinto, oh matador de tus pensamientos, todos éstos tienen que ser muertos
de nuevo sin esperanza alguna de reanimación.(44)
Aparta tu mente de todos los objetos externos, de toda visión exterior. Aparta las
imágenes internas, no sea que proyecten una negra sombra en la luz de tu alma.
Tú estás ahora en el DHARANA, (45) el grado sexto.
Una vez hayas pasado al séptimo, oh tú dichoso, no verás ya más el Tres
sagrado,(46) porque tú mismo habrás venido a ser dicho Tres. Tú mismo y la mente, como
gemelos en una línea, y la estrella, que es tu meta, ardiendo encima de tu cabeza. (47) Los
tres que moran en la gloria y bienaventuranza inefables han perdido ahora sus nombres en el
mundo de Maya. Se han convertido en una estrella única, el fuego que arde pero que no
consume, aquel fuego que es el Upadhi (48) de la Llama.
Y esto, oh Yogui afortunado, es lo que los hombres denominan Dhyâna (49) el
precursor dírecto del Samâdhi. (50) Y ahora tu Yo se halla perdido en el YO, tú mismo en TI
MISMO, sumido en AQUEL YO del cual tú emanaste primitivamente.
¿En dónde está tú individualidad, lanú? ¿En dónde está el lanú mismo? Es la chispa
perdida en el fuego, la gota en el océano, el rayo siempre presente convertido en el
Radiación universal y eterna.
Y ahora, lanú, tú eres el agente y el testigo, el radiador y la radiación, la Luz en el
Sonido y el Sonido en la Luz.
Conoces ya los cinco obstáculos, oh tú bienaventurado. Tú eres su vencedor, el
Maestro del sexto, el expositor de los cuatro modos de Verdad. (51) La luz que sobre ellos se
difunde, radia de ti mismo, oh tú, que fuiste discípulo y eres en la actualidad Maestro.
Y en cuanto a estos modos de Verdad:
¿No has pasado tú por el conocimiento de toda miseria, la Verdad primera?
¿No has vencido al Rey de los Maras en Tsí, el pórtico de la asamblea, (52) la verdad
segunda?
¿No has exterminado el pecado en la tercera puerta, y adquirido la Verdad tercera?
¿No has entrado en el Tau, el «Sendero» que conduce al conocimiento,(53) la verdad
cuarta?
Y ahora reposa bajo el árbol Bodhi, que es la perfección de todo conocimiento; porque
sábelo, tú eres Maestro de SAMADHI. el estado de visión perfecta. ¡Mira! Tú has llegado a
ser la Luz, tú te has convertido en el Sonido, tú eres tu Maestro y tu Dios. Tú eres TÚ
MISMO, el objeto de tus investigaciones, la incesante VOZ que resuena a través de las
eternidades, libre de cambio, exenta de pecado, los siete sonidos en uno, la VOZ DEL
SILENCIO.
OM TAT SAT

Divagaciones

Me aturde la cascada del mundo
me inunda un preludio de silencio anémico
mi rostro es un reflejo de mármol
que no conduce a ninguna parte,
la sequía me lame las manos, los labios

Cierro los ojos
la niebla deforme de trapos oscuros me deshoja
hay goteras espesas en cada rincón mío

La sed se enciende
en la  noche entera
donde me duermo con muros y frialdades

En ésta hsitoria me muero
aquí sólo fui un sueño húmedo de Brahma
Fuera de la historia soy
una mujer desteñida
que vaga por el lento vacío de tiempo
que resbala y edifica un desolado espacio
y oxida este viejo barco de tantas vidas.

Hoy estaré sola
en esta bodega interna
ascética, hambrienta de un cuerpo,
de sangre.

Muero y revivo a lo largo de la oblicua frontera de la conciencia.

Carolina, Agosto 2000

febrero 17, 2011

líbrame libre

En mi cama afino
mis delirios,
Los lunáticos internos
nadan a la sombra/líbrame de mi misma...

Hoy no puedo exorcisarme,
Mis palabras están
mas posesas que nunca
aúllan en mi niebla mental
son alfileres que me hacen vudú

hoy no vuelan las desgraciadas
malvibrosas letras
sarcásticas, perras, malditas,

Hoy el poema es como un amante sadista,
un carbón ardiente,
el horror de lo hermoso,
el placer de lo diabólico.

Mi podredumbre se va
 deshilachando
sólo me queda la breve
y moribunda utopía de ésta insulsa vida,
la falacia que soy:
miserias
decantaciones
profecías moribundas
vacíos inconscientes
desánimos absurdos/líbrame de mi misma...
paredes descarapeladas
y manojos de presagios
sin salida.

Hoy estoy cansada,
harta de ser yo/ con la misma tonta letanía diaria.

Quisiera un boleto para subirme a un viaje astral
de ida y vuelta por 24 horas, dejar de ser,
que morir y renacer fueran
sopa instantánea
y que Dios no fuera un peligro/líbrame de mí.

Carolina, Febrero 2011.